domingo, 13 de diciembre de 2009

San martin de Porras

San Martín de Porres Velásquez O.P. (*Lima, 9 de diciembre de 1579 – † 3 de noviembre de 1639) es un santo peruano de la orden de los dominicos. Fue el primer santo negro de América y es patrón universal de la paz. Conocido también como "el Santo de la escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad.
Contenido[
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1 Biografía
2 Vida religiosa
3 Santo en vida
4 Milagros atribuidos
5 Su muerte
6 Beatificación y canonización
7 Patronazgos
8 Hermandades
9 Bibliografía
10 Véase también
11 Enlaces externos
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[
editar] Biografía
Martín fue hijo de un español de la
Orden de Alcántara, Don Juan de Porres (según algunos documentos, el apellido original fue Porras) natural de la ciudad de Burgos, y de una negra liberta, Ana Velázquez, natural de Panamá que residía en Lima.
Su padre, debido a su pobreza, no podía casarse con una mujer de su condición, lo que no impidió su amancebamiento con Ana Velásquez. Fruto de esta relación nacieron Martín y dos años después Juana. Martín de Porres fue bautizado el
9 de diciembre de 1579 en la Iglesia de San Sebastián en Lima. El documento bautismal revela que su padre no lo reconoció, pues por ser caballero laico y soltero de una Orden Militar estaba obligado a guardar la continencia de estado.
Ana Velázquez dio cuidadosa educación cristiana a sus dos hijos. Juan de Porres estaba destinado en
Guayaquil, y desde ahí les proveía de sustento. Viendo la situación precaria en que iban creciendo, sin padre ni maestros, decidió reconocerlos como hijos suyos ante la ley.
Hacia
1586, decidió llevarse a sus dos hijos a Guayaquil con sus parientes. Sin embargo, los parientes sólo aceptaron a Juana quien no había heredado la tez morena de su madre, y Martín de Porres hubo de regresar a Lima, donde fue puesto bajo el cuidado de doña Isabel García Michel en el arrabal de Malambo, en la parte baja del barrio de San Lázaro, habitado por negros y otros grupos raciales. En 1591 recibió el sacramento de la Confirmación de manos del arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo.
Martín inició su aprendizaje de boticario en la casa de Mateo Pastor, quien se casaría con la hija de su tutora. Esta experiencia sería clave para Martín, conocido luego como gran herbolario y curador de enfermos, puesto que los boticarios hacían curaciones menores y administraban remedios para los casos comunes. También fue aprendiz de barbero, oficio que conllevaba conocimientos de cirugía menor.
La proximidad del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario y su claustro conventual ejercieron una atracción sobre él. Sin embargo, entrar allí no cambiaría su situación social y el trato que recibiría por ser mulato y bastardo: no podía ser fraile de misa e incluso le prohibieron ser hermano lego.
[
editar] Vida religiosa
En
1594 y por la invitación de Fray Juan de Lorenzana, famoso dominico, teólogo y hombre de virtudes, entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán bajo la categoría de "donado", es decir, como terciario por ser hijo ilegítimo (recibía alojamiento y se ocupaba en muchos trabajos como criado). Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes. Fue admitido como hermano de la orden en 1603. Perseveró en su vocación a pesar de la oposición de su padre, y en 1606 profesó los votos de pobreza, castidad y obediencia
En el convento, Martín ejerció también como barbero, ropero, sangrador y sacamuelas. Su celda quedaba en el claustro de la enfermería. Todo el aprendizaje como herbolario en la botica y como barbero hicieron de Martín un curador de enfermos, sobre todo de los más pobres y necesitados, a quienes no dudaba en regalar la ropa de los enfermos. Su fama se hizo muy notoria y acudía gente muy necesitada en grandes cantidades. Su labor era amplia: tomaba el pulso, palpaba, vendaba, entablillaba, sacaba muelas, extirpaba lobanillos, suturaba, succionaba heridas sangrantes e imponía las manos con destreza. En Martín confluyeron las tradiciones medicinales española, andina y africana; solía sembrar en un huerto una variedad de plantas que luego combinaba en remedios para los pobres y enfermos. Debió de empezar su labor como enfermero entre
1604 y 1610.
La vida en el convento estaba regida por la obediencia a sus superiores, pero en el caso de Martín la condición racial también era determinante. Aunque frecuentaba a la gente negra y a castas, nunca planteó reivindicaciones sociales ni políticas; se dedicó únicamente a practicar la caridad, que hizo extensiva a otros grupos étnicos. Todas estas dificultades no impidieron que Martín fuera un fraile alegre. Sus contemporáneos señalan su semblante siempre alegre y risueño.
Su preocupación por los pobres fue notable. Se sabe que los desvalídos lo esperaban en la portería para que los curase de sus enfermedades o les diera de comer. Martín trataba de no exhibirse y hacerlo en la mayor privacidad. La caridad de Martín no se circunscribía a las personas, sino que también se proyectaba a los animales, sobre todo cuando los veía heridos o faltos de alimentos. Tenía separada en la casa de su hermana (que ya estaba casada y en buena posición social) un lugar donde albergaba a gatos y perros sarnosos, llagados y enfermos.
De todas la virtudes que poseía Martín de Porres sobresalía la humildad, siempre puso a los demás por delante de sus propias necesidades. En una ocasión el Convento tuvo serios apuros económicos y el Prior se vio en la necesidad de vender algunos objetos valiosos, ante esto, Martín de Porres se ofreció a ser vendido como esclavo para remediar la crisis, el Prior conmovido, rechazó su ayuda.
Ejerció constantemente su vocación pastoral y misionera; enseñaba la doctrina cristiana y fe de Jesucristo a los negros e indios y gente rústica que asistían a escucharlo en calles y en las haciendas cercanas a las propiedades de la Orden ubicadas en Limatambo. La situación de pobreza y abandono moral que estos padecían le preocupaban; es así que con la ayuda de varios ricos de la ciudad - entre ellos el virrey Conde de Chinchón, que en propia mano le entregaba cada mes no menos de cien pesos - fundó el Asilo y Escuela de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y limosneros y ayudarles a salir de su penosa situación.
Martín siempre aspiró a realizar vocación misionera en países alejados. Con frecuencia lo oyeron hablar de Filipinas, China y especialmente en Japón del cual manifestó conocer.
El futuro santo fue frugal, abstinente y vegetariano. Dormía sólo dos o tres horas, mayormente por las tardes. Usó siempre un simple hábito de cordellate blanco con una capa larga de color negro. Alguna vez que el Prior lo obligó a recibir un hábito nuevo y otro fraile lo felicitó, Martín, risueño, le respondió: “pues con éste me han de enterrar” y efectivamente, así fue.
[
editar] Santo en vida

Dibujo de San Martín de Porres, Patrono de la Paz
Martín fue seguidor de los modelos de santidad de Santo
Domingo de Guzmán, San José, Santa Catalina de Siena y San Vicente Ferrer. Sin embargo, a pesar de su encendido fervor y devoción, no desarrolló una línea de misticismo propia.
Se sabe que San Martín de Porres,
Santa Rosa de Lima terciaria dominica y San Juan Macías también dominico, se conocieron y trataron algunas veces, aunque no se tienen detalles históricamente comprobados de sus entrevistas.
La personalidad carismática de Martín hizo que fuera buscado por personas de todos los estratos sociales, altos dignatarios de la Iglesia y del Gobierno, gente sencilla, ricos y pobres, todos tenían en Martín alivio a sus necesidades espirituales, físicas ó materiales. Su entera disposición y su ayuda incondicional al prójimo propició que fuera visto como un hombre santo.
Aunque él trataba de ocultarse, la fama de santo crecía día por día. No había familia en Lima que no hubiese recibido ayuda de Martín de Porres de alguna forma u otra. También, muchos enfermos lo primero que pedían cuando se sentían graves era: "Que venga el santo hermano Martín". Y él nunca negaba un favor a quien podía hacerlo.
Hacia
1619 comenzó a sufrir de cuartanas, fiebres muy elevadas que se presentaban cada cuatro días; este mal se le fue agudizando y duró el resto de su vida, aunque continuó cumpliendo con sus obligaciones. Con el correr del tiempo, Martín fue ganando no sólo fama de santo sino que empezó a ser temido. La imaginería popular se desconcertaba ante sucesos sobrenaturales, algunos de ellos no presenciados pero conocidos de oídas. Comenzaron a correr rumores de que deambulaba por el claustro en las noches, rodeado de luces y resplandores. También causaban miedo sus apariciones inesperadas y sus desapariciones inexplicables.
[
editar] Milagros atribuidos

Pintura anonima de San Martin de Porres.
Las historias de sus
milagros son muchas y sorprendentes, éstas fueron recogidas como testimonios jurados en los Procesos diocesano (1660-1664) y apostólico (1679-1686), abiertos para promover su beatificación. Buena parte de estos testimonios proceden de los mismos religiosos dominicos que convivieron con él, pero también los hay de otras muchas personas, pues Martín de Porres trató con gentes de todas las clases.
Se le atribuye el don de la
bilocación. Sin salir de Lima, fue visto en México, en África, en China y en Japón, animando a los misioneros que se encontraban en dificultad o curando enfermos. Mientras permanecía encerrado en su celda, lo vieron llegar junto a la cama de ciertos moribundos a consolarlos o curarlos. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas. En ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y volvía luego a entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera. Preguntado cómo lo hacía, siempre respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".
Se le reputó control sobre la naturaleza, las plantas germinaban antes de tiempo y toda clase de animales atendían a sus mandatos. Uno de los episodios más conocidos de su vida es que hacía comer del mismo plato a un perro, un ratón y un gato en completa armonía.
Se le atribuyó también el don de la sanación, de los cuales quedan muchos testimonios, siendo las más sorprendentes la curación de enfermos desahuciados. "Yo te curo, Dios te sana" era la frase que siempre solía decir para evitar muestras de veneración a su persona. Según los testimonios de la época, a veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación. Normalmente los remedios por él dispuestos eran los indicados para el caso, pero en otras ocasiones, cuando no disponía de ellos, acudía a medios inverosímiles con iguales resultados. Con unas vendas y vino tibio sanó a un niño que se había partido las dos piernas, o aplicando un trozo de suela al brazo de un donado zapatero lo curó de una grave infección.
Muchos testimonios afirmaron que cuando oraba con mucha devoción, levitaba y no veía ni escuchaba a la gente. A veces el mismo Virrey que iba a consultarle (aún siendo Martín de pocos estudios) tenía que aguardar un buen rato en la puerta de su habitación, esperando a que terminara su éxtasis.
Otra de las facultades atribuidas fue la
videncia. Solía presentarse ante los pobres y enfermos llevándoles determinadas viandas, medicinas u objetos que no habían solicitado pero que eran secretamente deseadas o necesitadas por ellos. Se contó además entre otros hechos, que Juana, su hermana, habiendo sustraído a escondidas una suma de dinero a su esposo se encontró con Martín, el cual inmediatamente le llamó la atención por lo que había hecho. También se le atribuyó facultades para predecir la vida propia y ajena, incluido el momento de la muerte.
De los relatos que se guardan de sus milagros, parece deducirse que Martín de Porres no les daba mayor importancia. A veces, incluso, al imponer silencio acerca de ellos, solía hacerlo con joviales bromas, llenas de donaire y humildad. En la vida de Martín de Porres los milagros parecían obras naturales.
[
editar] Su muerte
A la edad de sesenta años, Martín de Porres, cae enfermo y anuncia que ha llegado la hora de encontrarse con el Señor. La noticia causó profunda conmoción en la ciudad. Tal era la veneración hacia este mulato, que el
Virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón, fue a besarle la mano cuando se encontraba en su lecho de muerte pidiéndole que velara por él desde el cielo.
Martín solicitó a los dolidos religiosos que entonaran en voz alta el Credo y mientras lo hacían, falleció. Eran las 9 de la noche del
3 de noviembre de 1639 en la Ciudad de los Reyes, capital del Virreinato del Perú. Toda la ciudad le dio el último adiós en forma multitudinaria donde se mezclaron gente de todas las clases sociales. Altas autoridades civiles y eclesiásticas lo llevaron en hombros hasta la cripta, doblaron las campanas en su nombre y la devoción popular se mostró tan excesiva que las autoridades se vieron obligadas a realizar un rápido entierro.
En la actualidad sus restos descansan en la
Basílica y Convento de Santo Domingo en Lima, (Perú) junto a los restos de Santa Rosa de Lima y San Juan Masías en el denominado "Altar de los Santos Peruanos".
[
editar] Beatificación y canonización
A pesar de la biografía ejemplar del mulato Martín de Porres, convertido en devoción fundamental de mulatos, indios y negros, la sociedad colonial no lo llevaría a los altares. Su proceso de beatificación hubo de durar hasta
1837 cuando fue beatificado por el Papa Gregorio XVI, franqueando las barreras de una anticuada y prejuiciosa mentalidad.
Casi ciento sesenta años tuvieron que transcurrir, desde la apertura del Proceso Apostólico hasta la Beatificación de Martín y ciento veinticinco años desde esta fecha hasta su canonización. Pero gradualmente y cada vez con más énfasis se insistió en la necesidad de dar cima su causa. Cuando en 1926 Su Santidad Pío XI dispuso su reanudación, todos concibieron grandes esperanzas y desde aquel punto se trabajó con ahínco por difundir su culto e implorar su intercesión. Refiriéndome tan sólo a Lima, su patria, así el centenario de la Beatificación en 1937, como el de su muerte, en 1939, dieron motivo a diversas manifestaciones de piedad y de adhesión que no poco contribuyeron a avivar en los ánimos el deseo de su triunfo.
En el año 1948 se remitió el proceso seguido en la curación instantánea de una señora de edad avanzada. El caso había ocurrido en la Asunción del Paraguay y se trataba de una obstrucción intestinal, rebelde a todos los tratamientos y que no podía ser operada por tratarse de una mujer de 87 años. El caso era desesperado y ya había sobrevenido un colapso cardíaco que agravaba el estado de la enferma. Una hija suya que vivía en Buenos Aires, toma un avión para ir al lado de la enferma y, desde el primer momento pone el asunto en manos del Santo Martín. Llega a la Asunción y aquella misma mañana, al amanecer, la enferma recobra completamente la salud y el mal desaparece. Este milagro fue aprobado por la Sagrada Congregación.
En el año 1956, tiene lugar otro prodigio debido a Martín. Un muchacho de poco más de cuatro años de edad, de Tenerife en las Canarias, recibe un golpe en el pie producido por un bloque de cemento de treinta kilos de peso. Prácticamente el pie queda deshecho y el estado de herido es de cuidado. Aparece la gangrena y no la pueden detener los médicos que asisten a Antonio Cabrera Pérez, que así se llama el muchacho. La amputación se hace necesaria a juicio de cuatro facultativos a quienes se consulta el caso. Pero he aquí que la familia vuelve los ojos a Martín, aplican al pie deshecho una imagen del Santo y el 1 de Setiembre en la noche, desaparece la gangrena y la cicatrización se inicia normalmente. Todos quedan estupefactos y el milagro parece patente.
Aprobado este milagro en la Sagrada Congregación, podía procederse a la Canonización, pues el Sumo Pontífice podía dispensar en el tercer milagro que comúnmente se exige. Como el examen de estos casos extraordinarios exige tiempo no se obtuvo la aprobación inmediato. El último de los citados fue visto por la comisión médica, compuesta de un buen número de médicos expertos y de nota el 11 de enero y el 18 de octubre de 1961. La comisión dio su fallo favorable y esto hizo pensar a algunos que, tal vez, en Diciembre de aquel año se realizaría la Canonización. No fue así. El 13 de febrero del 1962, la Junta de Teólogos revisó el proceso y la conclusión también cedía en favor de la causa. Por fin, en la Congregación General, presidida por su Santidad el Papa se aprobó el decreto llamado de Tuto, o sea que se consideró que no había óbice alguno para proceder a la Canonización. Este acto que tuvo lugar el 20 de marzo de 1962 llenó de alborozo a todos los devotos del Santo y comenzaron los preparativos para el gran triunfo de Martín.
En esta ocasión el concurso, que suele ser muy crecido, rebasó todos los límites, pues se llegó a ver lo que es muy raro que ocurra, esto es que entre la multitud se vieran representantes de todos los continentes y de todas las razas. La América del Sur, con el Perú a la cabeza, había enviado numeroso peregrinos; la América del Norte en donde tanta veneración se tributa al Santo, se veía también representada y no ya por gente de color sino aun por católicos de raza blanca; el África, el Asia, la Australia, todas estas regiones tenían delegados en gran número y, por último la Europa rendía también su fervoroso homenaje al humilde lego dominico. De España, de Francia, de la católica Irlanda, de Italia y Alemania, habían acudido grupos compactos, pero merecen singular mención, los irlandeses y los boloñieses, donde es Martín muy popular.
El
Papa Juan XXIII dijo el día de su canonización:
Martín excusaba las faltas de otro. Perdonó las más amargas injurias, convencido de que él merecía mayores castigos por sus pecados. Procuró de todo corazón animar a los acomplejados por las propias culpas, confortó a los enfermos, proveía de ropas, alimentos y medicinas a los pobres, ayudó a campesinos, a negros y mulatos tenidos entonces como esclavos. La gente le llama "Martín, el bueno".
Juan XXIII, alocución del 6 de mayo de 1962
Su festividad en el santoral católico se celebra el 3 de Noviembre, fecha de su fallecimiento. En diversas ciudades de Perú se efectúan fiestas patronales en su nombre y procesiones de su imagen ese día, siendo la procesión principal la que parte de la Iglesia de Santo Domingo en Lima, lugar donde descansan sus restos mortales.
[
editar] Patronazgos

estatuilla de San Martin de Porres.
Patrón Universal de la Paz.
Patrono de la justicia social en el Perú.
Patrón de los enfermos.
Protector de los pobres (junto a
San Vicente de Paul y San Camilo de Lelis).
Patrón de los barberos.
Patrón de los barrenderos.
Patrón de la intercesión de los animales.
Patrón de los químicos farmacéuticos del Perú.
Patrón de la sanidad de las fuerzas policiales del Perú.
Patrón de la Compañía de Bomberos Voluntarios "San Martín de Porres" Nº 65 - Distrito de San Martín de Porres, Lima.
Patrón de los trabajadores municipales del Perú.
Patrón tutelar del
Distrito de San Martín de Porres en Lima Perú.
Patrón de la
Universidad de San Martin de Porresen Lima - Peru
Patrón de Editora Perú y del diario El Peruano.
Patrón de la Parroquia El Recreo, de la ciudad de
San Fernando en Venezuela.
Patrono de la parroquia Caricuao y primera Iglesia en llevar su nombre en 1962 en venezuela
[
editar] Hermandades
Hermandad de Caballeros de San Martín de Porres y San Juan Macías: Es la institución prinipal, fundada el 9 de julio de 1922 en el Convento de Santo Domingo - Lima, Perú.
Hermandad de San Martín de Porres de San Juan de Miraflores Zona C Fundada: el 3 de setiembre de 1976 Lima, Perú.
Hermandad de Damas y Caballeros de San Martín de Porres, Iglesia La Inmaculada, Huancayo Perú: Fundada el 5 de Mayo de 1963.
Cofradía de Caballeros de San Martín de Porres: Fundada el 10 de noviembre de 1957 de la Parroquia-Santuario de San Martín de Porres, Lima, Perú.
Hermandad de Cargadores y Sahumadoras de San Martín de Porres de Barranco: Fundada el 2 de enero de 1964. Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de ]]Distrito de BarrancoBarranco]].
Hermandad de San Martin de Porres de Palomino - Cercado de Lima.
Hermandad de San Martín de Porres de Barranco
[1]
Hermandad de Cargadores de San Martín de Porres de Cruz Blanca, Santa María - Huacho
Hermandad de San Martín de Porres de Sandia - Cercado de Lima: Fundada el 15 de Noviembre de 1957.
Hermandad de Cargadores de San Martin de Porres de Valdiviezo, fundad el 21 de diciembre de 1962. - SMP
Hermandad de San Martin de Porres de Condevilla Señor 2da Etapa Sector 11 . San Martin de Porres: Fundada el 17 de Junio de 1979. Jr.Felix del Valle 432 .
[
editar] Bibliografía
Tradiciones Peruanas, Ricardo Palma, Editorial Vasco Americana, 1967.
San Martín de Porres, Jose Antonio del Busto, Editorial Fondo Ed. PUCP, Lima 2006.
Biblioteca Hombres del Perú, Pedro Rodríguez Crespo, Tomo 1, Pontificia universidad católica del Perú. PUCP - Editorial Universitaria, 2003, p. 309-328: ill
[
editar] Véase también
Santa Rosa de Lima
San Juan Masías
Santo Toribio de Mogrovejo
San Francisco Solano
Señor de los Milagros (Lima)
[
editar] Enlaces externos
Commons
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Martín de Porres.
Biografía y semblanza espiritual de Martín de Porres en Dominicos.org
Tradiciones Peruanas: Los ratones de Fray Martín
Milagros de San Martín de Porres
Los Santos de Lima - del programa de TV "A la vuelta de la esquina" con imágenes de la casa natal de San Martín de Porres.
Fragmento de la película "Fray Martín de Porras" (México - 2006)
Caballeros de la Hermandad de San Martín de Porres Video: informe de la cadena CNN
Novena a San Martin de Porres
Obtenido de "
http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_de_Porres"

miércoles, 9 de diciembre de 2009

la cualidades

Estás aquí: Dios >> Cualidades de una Buena Persona

tema n° 1

Cualidades de una Buena Persona – La FuenteAmable, solidario, cuidadoso, comprensivo, paciente y amoroso, son algunas palabras que vienen a la mente cuando enumeramos las cualidades de una buena persona. Generalmente conocemos a las buenas personas por lo que hacen, por ejemplo, actos de entrega. Un buen lugar para analizar con perspicacia las cualidades de una buena persona, es la Palabra de Dios, la Biblia.
Cualidades de una Buena Persona – Mostrar bondad a Todos los DemásLa Biblia nos enseña a dar a quienes están en necesidad. Esa es una de las cualidades de una buena persona. “No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios” (Hebreos 13:16). “Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen” (1 Timoteo 6:18). Es fácil mostrar compasión con la gente que nos agrada y con los necesitados. Sin embargo, alguien que posee las cualidades de una buena persona, debe además mostrar compasión y bondad con sus enemigos. “¿Y qué mérito tienen ustedes al dar prestado a quienes pueden corresponderles? Aun los pecadores se prestan entre sí, esperando recibir el mismo trato. Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Sean compasivos, así como su Padre es compasivo” (Lucas 6:34-36).
Cualidades de una Buena Persona – Obedecer la LeyUna de las más importantes cualidades de una buena persona, es obedecer a las autoridades. “Recuérdales a todos que deben mostrarse obedientes y sumisos ante los gobernantes y las autoridades. Siempre deben estar dispuestos a hacer lo bueno” (Tito 3:1). “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él”(Romanos 13:1).
Cualidades de una Buena Persona – ¿Son Suficientes Para Ir al Cielo?Alguien podría tener todas las cualidades de una buena persona, ¡pero no son suficientes para ir al cielo! La Biblia dice que los buenos actos no salvan a la gente del pecado. La salvación es posible solamente a través de la misericordia y gracia de Dios. Todos somos pecadores (Romanos 3:23) y las buenas acciones no nos pueden salvar de nuestro pecado (Efesios 2:8-9). La Biblia dice que todos somos pecadores e indignos de llegar al estándar de la perfección de Dios. Mas bien, merecemos la muerte como paga por nuestro pecado (Romanos 6:23). Dios hizo un camino para que nosotros seamos perdonados por nuestro pecado y fue a través de su Hijo inmaculado, Jesucristo. Él envió a su Hijo Jesús a la tierra para morir por nuestros pecados y abrir un camino para que podamos pasar la eternidad con él en el cielo (2 Corintios 5:21). Él te ofrece su regalo de una vida eterna; ¿la aceptarás? Si quieres aceptar a Jesucristo ahora, haz una oración similar a esta: “Dios, me doy cuenta que soy un pecador y que no puedo encontrar el camino al cielo siendo una buena persona. Me arrepiento de mi pecado y te pido perdón. Creo que tu hijo Jesucristo murió en la cruz por mis pecados y se levantó de la muerte. Confío en ti para la salvación. Acepto tu regalo ahora. Ayúdame a obedecerte y a crecer en mi caminar. En el nombre de Jesús, amén”. La Biblia dice que si tú aceptas el regalo de Jesucristo de salvación eterna, pasarás la eternidad con Dios en el cielo. “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo” ” (Romanos 10:9). ¡Bienvenido a la familia de Dios! Te animamos a que ahora busques una iglesia local, donde puedas aprender más de la Biblia.

domingo, 6 de diciembre de 2009

La navidad

La Navidad

La navidad (latín: nativitas, 'nacimiento' )? es una de las fiestas más importantes del Cristianismo, junto con la Pascua y Pentecostés, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Esta fiesta se celebra el 25 de diciembre por la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, algunas otras Iglesias protestantes y la Iglesia Ortodoxa Rumana; y el 7 de enero en otras Iglesias Ortodoxas, ya que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano, para pasar a nuestro calendario actual, llamado gregoriano, del nombre de su reformador, el Sumo Pontífice Gregorio XIII.
Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el
alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
Aunque para algunos historiadores la celebración de la Navidad histórica debería situarse en primavera (entre abril y mayo), y para otros, siguiendo el relato de
Lucas 2:8, que indica que la noche del nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, es poco probable que este acontecimiento hubiera ocurrido en el invierno (hemisferio norte). La Iglesia cristiana mantiene el 25 de diciembre como fecha convencional, puesto que en la primavera u otoño la Iglesia celebra la Pascua.


Contenido[ocultar]
1 Formación de la Navidad como fiesta de diciembre
2 Adopción de la fecha de Navidad como 25 de diciembre
3 Prohibición de la celebración de la Navidad
4 Fiestas no cristianas del 25 de diciembre
5 Cálculo de la fecha de Navidad según los Evangelios
6 Celebración litúrgica
6.1 En la Iglesia Católica
6.2 En las Iglesias Ortodoxas
6.3 En el Protestantismo
7 Tradiciones navideñas
8 Alumbrados Navideños
9 Personajes míticos de la Navidad cristiana
10 La Navidad en la actualidad
11 La Navidad en las artes, la televisión y el cine
11.1 En el arte
11.2 En la televisión
11.3 En el cine
11.4 En la música
12 Véase también
13 Enlaces externos
14 Notas